El adiós de Raúl por Paola Núñez, imprescindible

Estimados lectores, hoy no voy a escribir la entrada yo, voy a copiar íntegramente un sensacional artículo publicado en Pasiónsports, una web iberoamericana con formato de noticias donde escriben artículos de opinión periodistas deportivos de diversos puntos de América Latina y Europa. Allí he encontrato, una joya de la imparcialidad respecto al tema Raúl, lo firma una tal Paola Núñez, que creo reside en Madrid, bajo el título Raúl y el Real Madrid deben despedirse ya. Hoy no creo que venga ningún raulista anónimo a quejarse, ni tampoco ningún anti-raulista. Ni si quiera voy a emborronar la entrada con mi famosa "Mala leche". Esta chica escribe lo que nadie en la prensa española se ha atrevido a publicar, lejos del fanatismo o el odio que a partes iguales se reparte el actual capitán del Real Madrid, disfruten con esta lección de periodismo imparcial.

Confirmado. Raúl se pierde lo que resta de la temporada, cuatro semanas, por una lesión en el tobillo. Ese gol en La Romareda, campo que lo vio debutar en 1994, será probablemente la última acción que le hayamos visto como capitán merengue.

La noticia por supuesto fue aprovechada al máximo por la mayoría de los medios españoles. Si vuelve, si no vuelve, si cumple con el año que le queda de contrato… sus foros se inundaron en pocos minutos con variantes de uno de los siguientes mensajes:

a) Que no se vaya nunca, habrá que conservarlo aunque sea de mascota.

b) Ya era hora. Hay que reconocerle el trabajo pero ya no está al nivel.

c) Que se vaya y no vuelva nunca más; cáncer de la selección, vividor, borde, chulo… (escoja usted el cliché o el adjetivo, pero esa es la idea).

El tercero, el más repetitivo. Pero quizás sea el segundo el más certero. Y justo. Raúl fue una pieza fundamental del Real Madrid durante los primeros 11 de los 16 años que lleva en el primer equipo. Es cierto que pocos récords le quedan por romper; uno en realidad, el de máximo goleador de la Liga. Y eso ya será dificilísimo si tomamos en cuenta que está a 33 de Zarra. Si tomamos la media de las últimas temporadas, cinco en ésta, en las que ya ni siquiera juega de centro delantero, no alcanzará ni a Hugo Sánchez.

No darse cuenta de que su carrera en el Madrid ha llegado a su fin ya es necedad. Sería lo más digno, al final, para alguien que aportó muchísimo a su equipo, aunque a últimas fechas hasta eso incomode en un amplio sector del madridismo.

Sus criticadísimos 12 millones por año. 12 veces lo que gana Higuaín, por ahí dicen. Dicen también que decide quién se queda y quién se va. Que cuando llega a Valdebebas no es capaz siquiera de voltear a ver a la gente esperando afuera por una firma. Que en su contrato está estipulado que tiene que ser titular en un gran porcentaje de partidos. Tantos mitos, leyendas urbanas y verdades veladas. Y tanto resentimiento. Lo sorprendente es que las críticas vienen justo desde la comunidad merengue. Fanáticos a secas y socios por igual. Y que quedan pocos lugares en España donde todavía se le respeta. El Camp Nou, curiosamente, uno de ellos.

Y es que en esta España de memoria selectiva es difícil perdonar las ofensas. Y a éste llamado “cáncer de la selección” en realidad lo que no le perdonan es haber fallado un penal decisivo en la Eurocopa de 2004. Ese fue realmente el momento en que se acabó el idilio entre la afición y el capitán blanco. Nadie lo reconoce abiertamente, pero los tiros van por ahí. Fue entonces cuando, súbitamente, la gente empezó a darse cuenta de los defectos del jugador y la persona.

¿Qué más da? El tipo siempre ha sido así. Con esa supuesta arrogancia debería hacerse respetar y salir del Madrid, por la puerta que sea aunque todos los adolescentes que literalmente no conciben la vida sin Raúl se nieguen a aceptarlo. El mundo no se va a acabar para el conjunto merengue con su ausencia. Quedarán, como he dicho antes, pocos jugadores representativos de la cantera y estoy segura que ninguno con el coraje para mandar callar al Camp Nou, por ejemplo. Pero vendrán otros. Mientras tanto, nos queda un largo, larguísimo, mes de repeticiones del mismo video con sus mejores goles una y otra vez en la televisión local; rumores sobre sus negociaciones dentro y fuera del Madrid, semblanzas y reportajes de una despedida que se está alargando demasiado.