Manipulando al Madrid

Estimados lectores, lleva dos días el Señor Relaño escribiendo editoriales incendiarias, en las que además, va repartiendo medallas de señorío (del mismo modo que Inda repartía carnets de madridista el año pasado). Si en la de ayer podíamos leer esto "El partido iba para tostón hasta que todo se alteró. Por un lado, el árbitro, muy por debajo de lo que pedían los antecedentes últimos entre Madrid y Sevilla, que suelen acabar como gallos de pelea. Por otro lado, los banquillos, ya incendiados a la altura del descanso. Y en la retirada del intermedio se distinguió en dotes de macarra Silvino Louro, uno de los auxiliares de Mourinho (entrenador de porteros) que en su afán de pegarse con alguien arrojó al suelo a Herrerín, el heptagenario delegado de campo del club. Una escena horrible, un paso más en el camino del Madrid en su acelerada destrucción de imagen", hoy, entre otras lindezas, vuelve a cargar contra Silvino Louro: "Florentino le sienta a su derecha, el club difumina la autoría del comunicado, el entrenador de porteros, que estaba en el banquillo sin derecho a ello, camuflado de asistente sanitario, no sufre ningún reproche por el rapto de matonismo que mandó al bueno de Herrerín al suelo". Todo podría ser muy creíble, de no ser porque el querido y admirado delegado del club, Agustín Herrerín, habló ayer para MARCA y explicó, con pelos y señales, todo lo ocurrido, sin guión, sin manipulaciones, sin pelos en la lengua y lleno de madridismo, que cada cual juzgue como crea conveniente.

"Fue una de las imágenes del Real Madrid-Sevilla. Nada más señalar el árbitro el final de la primera parte, la tensión entre ambos banquillos explotó con la retirada de los equipos por el túnel de vestuarios. Cristóbal Soria, delegado sevillista y el preparador de porteros merengue, Silvino Louro, se enzarzaron tras 45 minutos picados. Agustín Herrerín trató de contener al madridista.

En el forcejeo, Silvino empujó al delegado de campo del Real Madrid, que cayó al suelo tras tropezar con la alfombra de la zona técnica: “Fue sólo el golpe, nada más. Al intentar separarles Silvino hizo un gesto con su brazo y yo me tropecé con la alfombra que tenemos y me caí para atrás, pero no pasó nada, me levanté en el momento”, asegura Agustín Herrerín.



Ayer, en la fiesta de Navidad de los empleados del club blanco, el teléfono de Agustín echaba humo. Mucha gente quería preocuparse por su estado y comentar la jugada. Él no le da mayor importancia: “Nada más entrar en el vestuario Silvino se disculpó conmigo. Él no tuvo la culpa porque ni siquiera me vio. Me dijo que lo sentía y me pidió perdón. El muchacho no tuvo la culpa de nada. Ahí el culpable fue Cristóbal Soria, porque no se puede estar metiendo cizaña durante 45 minutos con el 5-0 del Camp Nou. Con la manita y con los cinco dedos hacia el banquillo. Eso no se puede hacer”, explicó a MARCA el delegado de campo del Real Madrid.

“Esas cosas no se pueden hacer, hay que cortarlas y dejar claro que si una persona no sabe estar, no puede dedicarse a algunas cosas. Él fue el que enredó todo. En la segunda parte, ya con él expulsado, el ambiente fue más normal”, desvela Herrerín.

“Cuando Silvino se dio cuenta de me había caído lo lamentó mucho. A mi edad y tras 46 años en el Madrid, ya estoy curado de espanto, la verdad”, sentencia.

¡Ojo!, Herrerín se tropieza con la alfombra tras ser desplazado con el brazo por Louro, nada de matonismo ni esas historias. Si allí no está la alfombra, el bueno de Herrerín no acaba en el suelo.

¡Ojo!, el "matón" nada más entrar al vestuario se disculpa con Herrerín y el propio afectado resta importancia al asunto diciendo que simplemente lo apartó con el brazo sin saber quién era.

¡Ojo! ¿han leido en alguno de los editoriales de Relaño mencionar que el Delegado del Sevilla estuvo toda la primera parte haciendo gestos con los 5 dedos de la mano hacia el banquillo del Madrid?, claro, eso no interesa contarlo, es mejor prostituir la verdad. Si un señor está toda la primera parte provocando, no pasa nada, se oculta ante la opinión pública, lo que hay que sacar a la luz es que el entrenador de porteros del Real Madrid, harto de tanta bromita, se encare con el provocador y a partir de ahí, se le llama matón, se tira el señorío del Madrid por el suelo y un larguísimo etcétera. Ahora el del señorío es el Barcelona y su entrenador Guardiola, eso si, cuando se las tuvo tiesas con el entrenador del Copenhague, aquello no fue un acto macarra, simplemente defendía los intereses de su club; cuando le ocultó el balón a Cristiano Ronaldo (eso leí) no fue un acto macarra, simplemente una pillería para desconcentrar al rival; cuando Xavi coloca a su antojo a los entrenadores en los libros de historia, no es un acto de soberbia ni de chulería, es de humildad, obviando la mayoría de los periodistas de tres al cuarto de turno, que una de las cualidades del humilde es, entre otras muchísimas, no mencionar nunca esa palabra, el que tiene todo el día la palabra humilde en la boca no lo es.

Mala leche

Relaño: "Así, así, así era el Madrid..."

... así, así, así era el AS