El Madrid se toma en serio la Champions

Estimados lectores, lo peor de ir a Madrid a ver un partido de mi querido y amado Real, son las 14 horas de autobús que me metí entre pecho y espalda en apenas 33 horas, 2 días sin dormir, lo que te imposibilita hacer una entrada en condiciones en tiempo y fecha adecuados, de todas formas, Berri ya dejó en los comentarios una que coincide plenamente con la que habría hecho, aunque me gustaría puntualizar algo. No he tenido tiempo de ver el encuentro repetido para asegurar lo siguiente al 100%, pero en un momento del mismo empecé a darme cuenta que Iker no sacaba en largo, siempre el balón salía jugado desde atrás, nunca se rifaba en uno de esos esperpentos que Casillas suele perpetrar con la pierna (menuda diferencia con Hugo Lloris que mandaba el balón al borde del área madridista con la misma facilidad que Marcelo combina con Cristiano). Me quedó la impresión de que Mourinho tenía de sobra estudiado al equipo francés y que, consciente de las carencias de nuestro guardameta con el pie, y de las contras que montan los de Lyon recuperando balones en el centro del campo, decidió de un plumazo eliminar esa incógnita de la ecuación. Es la diferencia entre tener al mejor entrenador del mundo, y a uno que se dedica a contar puntos en liga.

A pesar de los 4 goles encajados, el mejor de los visitantes fue Hugo Lloris, un guardameta por el que tengo especial predilección. Rápido, ágil, atrevido y con un excelente juego de pies. Cuando critico a Iker siempre lo hago desde el cariño, porque es una lástima que un portero de sus condiciones no decida mejorar porque no le da la gana. Cada vez que veía a Lloris sacar de puerta o salir fuera del área pequeña a despejar de puños, un pensamiento recorría mi mente "si Iker supiese hacer eso, no diríamos que es el mejor portero del momento, posiblemente aseguraríamos que es el mejor de todos los tiempos".

Alonso se llevó una amarilla gracias a la ineptitud del colegiado

Real Madrid 4 - Olympique Lyonnais 0, por Berri

Hoy, partido de champions, caras nuevas, público nuevo. Mejor conexión grada-equipo. Y el equipo de gala. A falta del deseado. Sensacional partido de todos los hombres. Los más desdibujados y, resulta un contraste ha sido Özil y Cristiano. El primero, por irregular, que si bien ha aclarado el juego mucho mejor que lo que aporta Kaká en esa posición, tampoco es novedad, se ha trabado en unos cuantos pases y ha terminado con imperdonables pérdidas en zonas calientes, de esas que luego lamentas cuando recojes el balón de la red en unas semifinales, y Cristiano por ansioso. Entramos en uno de esos peligrosos valles de juego en los que está y hace cosas positivas, pero que alterna con elecciones de juego dudosas que dan carnaza a sus críticos, siempre agazapados cuando el balón no entra, cunado el control se yerra o cuando el regate se falla. Khedira ha hecho el mejor partido con el Madrid y el gol ha sido la guinda. Y no al reves, Kaká. Marcelo demostrando partido a partido que su distancia con Roberto Carlos es exclusivamente en lo físico. En lo técnico el canarinho está a un nivel estratosferico, con un entendimiento y conocimiento del futbol que nunca tuvo el risueño Roberto. Di Maria ha arreglado con su despliegue físico sus obcecaciones en ataque. Si sumamos el retorno de un enchufado y finisimo Benzema, que contra la ex, mete tripa y saca pecho, más la defensa más seria que se recuerda. La mejor que podemos alinear. Con Ramos por fin, dejandose de emulaciones a Beckenbauer con pases faciles a Marcelo que es quién sabe sacarla. Conformó el de Camas con Pepe una pareja de centrales dura, intensa y aguerrida, agresiva a la par que precisa. Y para completar el defensa lateral con mejores conceptos y nociones defensivas que se pueden ver, Arbeloa. Esto no lo aprendió aquí. Gracias Benitez.

Khedira, el gran artista en la sombra

Con todos estos ingredientes se ha podido ver un equipo en el Bernabeú compacto, intenso, duro, crujiente y bello. Muy bello. En ataque un martillo pilón, en defensa una monja de clausura. Puro futbol. No privamos al rival del juego con malas artes, sino que con lisonjas, dejandole sin balón al principio, buscamos los goles. Moviendola bien, rompiendo hasta la línea, colgando balones. Dominando todo y cada uno de los registros del futbol. El primer gol del Madrid es otro ejemplo de gol al contraataque. Era cuestión de tiempo que el Real alcanzase la placidez en el resultado. Sucesión de ocasiones. Manos prodigiosas de Lloris (gran portero), ocasiones marradas por centimetros, jugadas de tiralíneas, que no de tiki taka. Repasen la combinación Ronaldo-Marcelo... En la segunda parte se obtuvo con una magnifica llegada de Khedira, haciendo un guiño al mejor Lampard. El único que acompaño la jugada. El partido finito, y el público volvió a conectar, prendido por los ultras sur. Recuperose el cantico de los dos fondos saludandose que tanto he echado de menos. La peor noticia de la lesión de Khedira que le impidió terminar un partido que iba camino de ser redondo. Estupendo y atrevido en los pases, generoso en el esfuerzo, llegando y rectificando. Pena que haya ciertos jugadores cuyas aportaciones se escapen de las realizaciones. Los cambios sirvieron para dar descanso, que no era necesario, que ni apetecía ver, ni nada aportaron de nuevo. Kaká rondó el gol en un par de ocasiones, cuando el respetable ya daba por bueno todo aquello que cayese de más, como los chupitos gratis en el bar cuando uno ya está saciado. Un espectaculo este Real Madrid en Champions.

Lo mismo que hace dos años, Manuel.

Mala leche

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..... excepto a ti que lo tienes todo el día en la boca

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..... pues como no sea en la grada de espectador. Razón: Pablo Laso.